Fonte: Rebelión / Cronopiando de 01-08-2008
Tradução: Agência Imediata
Uma das imagens que melhor retratou o nosso estilo de vida e nosso modelo de desenvolvimento teve como protagonistas uma menina, um abutre e um fotógrafo.
Já fazem alguns anos que Kevin Carter tirou a fotografia que o levaria a ganhar o prêmio Pulitzer de fotojornalismo, quando o objetivo de sua câmara tropeçou, no Sudão, com uma menina reclinada sobre seus largos ossos, sozinha e nua, a ponto de colapso.
Quando Carter recebeu o prêmio, amaldiçoou a hora em que tinha feito aquela foto. Meses depois, ele se suicidava. Nunca conseguiu deixar de vê-la.
Dos protagonisatas daquela história, somente um permaneceu vivo: o abutre.
Uma das conferências sobre alimentos que melhor expressou, em sua cínica impotência, o tipo de sociedade que temos construído, ocorreu recentemente em Roma, e teve como protagonistas a fome, a infância e a FAO.
Um terceiro mundo prostrado pela desnutrição e pela miséria insistia em reivindicar uma mudança de rumo que lhe traga, ao menos, a oportunidade de viver. “A fome não é terrorismo, mas enfermidade e má sorte” sentencia a lógica do mercado pela boca dos meio de comunicação que insistem em olhar para o outro lado. E já não está entre nós Kevin Carter, como para se suicidar ou mudar de ofício
Também dos protagonistas dessa história somente ficou um com vida: o abutre.
En español:
Buitres
Koldo Campos Sagaseta
Rebelión / Cronopiando / 01-08-2008
Una de las imágenes que mejor ha retratado nuestro estilo de vida, nuestro modelo de desarrollo, tuvo como protagonistas a una niña, a un buitre y a un fotógrafo.
Hace ya unos cuantos años Kevin Carter tomaba la fotografía que lo llevaría a ganar el premio Pulitzer de fotoperiodismo, cuando el objetivo de su cámara se tropezó en Sudán con una niña reclinada sobre sus largos huesos, sola y desnuda, a punto de desplomarse. A escasos metros, un buitre esperaba por el festín.
Cuando Carter recibió el premio maldijo la hora en que hizo aquella foto. Meses después se suicidaba. Nunca consiguió dejar de verla.
De los protagonistas de aquella historia sólo ha quedado uno con vida: el buitre.
Una de las cumbres alimenticias que mejor ha expresado en su cínica impotencia el tipo de sociedad que hemos construido, se desarrolló recientemente en Roma y tuvo como protagonistas al hambre, a la infancia y a la FAO.
Un tercer mundo postrado por la desnutrición y la miseria insistía en reclamar un cambio de rumbo que le procure al menos la oportunidad de vivir. “El hambre no es terrorismo sino enfermedad o mala suerte” sentencia la lógica del mercado por boca de los medios que insisten en mirar para otro lado. Y ya no está entre nosotros Kevin Carter como para suicidarse o cambiar de oficio.
También de los protagonistas de esta historia sólo ha quedado uno con vida: el buitre.